septiembre 4, 2012
El vestido de novia de una princesa llamada Diana
Eran las cinco de la mañana del 29 de julio de 1981. Diana se despertó. Se encontraba cansada y algo mareada. Había pasado una mala noche con muchos nervios y angustia. Después de muchos preparativos, de muchas recepciones y de tratar muchos detalles por fin iba a casarse con el que ella pensaba era el hombre de su vida, Carlos. Ese día se convertiría no solo en su esposa sino en la futura reina de Inglaterra.