La novia sirena

La novia sirena

María acababa de prometerse. Estaba emocionada, quería comenzar a preparar todos los detalles de su boda. Lo tenía todo planeado desde hacía tiempo, sabía perfectamente como quería que fuese su enlace pero lo que no tenía claro era como sería su vestido de novia perfecto.

Por aquel entonces, Internet no albergaba muchas opciones relativas al mundo de las bodas así que María decidió pedirle consejo a su madre. Era su gran aliada y ella sabría donde buscar el secreto mejor guardado de cualquier novia. “Lo primero que tienes que hacer es comparte una revista especializada en vestidos de novia”, le dijo su madre. Maria fue al quiosco y arrasó con todas las publicaciones sobre novias y bodas que encontró. Llegó a su casa, se sentó tranquilamente en la cama y las hojeó junto a su madre. Nada le convencía, ninguno de esos vestidos era lo que estaba buscando. “No te preocupes, ya verás como tarde o temprano aparecerá el vestido perfecto”, le consolaba su madre.

La búsqueda fue complicada. Las revistas no eran suficientes así que se acercó con una amiga a unos grandes almacenes. En la tienda de novias no surgió el flechazo, ningún traje era lo suficientemente especial para ella.

Volvió a refugiarse en las revistas. Fue ido al quiosco de nuevo y compró una con más de un centenar de páginas. La abrió y una amplia sonrisa apareció entre sus labios. “Aquí está”, pensó al instante, “este es el vestido con el que voy a casarme”. Era un diseño de Manuel Mota precioso. Maria buscó como loca el teléfono de la tienda donde podría probárselo, pidió cita previa y se llevó a su fiel consejera, su madre. No le quiso enseñar el traje, quería que fuese una sorpresa.

El día de la prueba llegó. Y madre e hija se dirigieron a la tienda. Maria quería probarse el vestido del que se había enamorado, pero tenía miedo. “¿Y si no me queda bien?”, le preguntaba a su madre preocupada. “No te preocupes cariño, pruébatelo y a ver que pasa”, le contestó para calmarla.

Diez minutos después, María salió del probador y se subió en la tarima. Su madre no se esperaba ese vestido. Siempre había imaginado a su hija con un traje de cancán como el de las princesas de los cuentos, pero este era realmente espectacular. María había elegido un vestido ceñido, que se deslizaba y ajustaba perfectamente a cada parte de su cuerpo como si fuera una sirena. “Has acertado, mi vida”, le dijo su madre, “pareces una princesa recién salida del mar”. Ambas comenzaron a llorar y se fundieron en un fuerte abrazo. Aquel era SU vestido perfecto.

FIN

Muchas gracias María G.B por mandarnos tu historia, nos ha encantado poder hacer un cuento de ella!! 🙂

Si tú también quieres ver tu anécdota o historia de boda en forma de cuento escríbenos a [email protected]

(Texto: Bárbara Cervigón /Ilustración: Enrique U.Schiaffino)

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